El apuralapices como método de ahorro.
El otro día estaba dibujando un monigote de los míos y me di cuenta de que mi lápiz era casi inapreciable y diminuto, del tamaño de una tiza casi. Tenía que ponerle una solución a este problema porque para dibujar era algo engorroso, un auténtico coñazo.
Pues bien, estuve investigando por Google y advertí que había un chisme que se llamaba apuralapices o extensor de lápiz y al parecer los hay de madera y metal, latón o dorados, con diseños verdaderamente bonicos y elegantes, para hacer dibujos a lápiz como un señor.
Y es que muchos dibujantes tenemos la "fea" costumbre de adorar convulsivamente el lápiz para dibujar con el que solemos crear nuestras obras artísticas. Es una especie de cariño o una adoración especial por éstos utensilios, un ritual hacia una especie de Dios del grafito.
Yo mismo, los conservo desde mi mas tierna infancia que aun no he gastado pero que le queda poca vida y casi no puedo usarlos porque me hacen daño en la palma de la mano (dado que con el sacapuntas los afiliaba por ambos lados en el cole...). Es un poco incómodo la verdad.
Aun así me gusta que duren todo lo posible y mi deseo es aprovecharlo hasta el final usándolos con mis bocetos.
Es por ello, que he decidido hacerme con uno de estos apuralapices que me he comprado y que espero me de buenos resultados.
Cuando dibujo me gusta hacerlo con una sensación de comodidad en mis dedos porque a la larga duelen incluso de tanto bocetear, y creo que con la ayuda de estos extensores podría conseguirlo dado que dispone de un agarre suave.
También está este extensor de Faber-Castell que obviamente es más carejo pero más ergonómico y versátil. Y es que la calidad se paga dibujantes, jeje.
Este producto parece tener incluso sacapuntas. Quizá me haga más adelante con este modelo.
¿Y tú lector? ¿Has hecho servir alguna vez este producto? ¿Qué tal la experiencia?