Parecía algo nerviosa, ése era el principal problema, su impaciencia le provocaba un bloqueo de energía y se le hacía imposible aumentar su concentración para lanzar aunque fuese una pequeño Hadoken. Ya no pedía asemejarse al de su principal mentor Ryu, pero al menos deseaba con todas sus fuerzas dominar la energía del hado y estaba dispuesta a conseguirlo.
Volvió a incorporarse girando su torso hacia la derecha colocando sus manos como si estuviera sosteniendo una bola de cristal, cerró sus ojos para centrarse. Comenzó a sentir un ligero calor en sus manos, cada vez más intenso. Notaba que las piedrecitas del suelo, de su alrededor se movían.
Abrió los ojos y se dio cuenta de que una pequeña llama levitaba entre sus manos.
En un arranque de optimismo y orgullo empezó a sonreir y ésta se fue apagando lentamente.
Lo que estaba claro es que ella ponía de su parte y estaba segura de que tarde o temprano lo conseguiría.

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